Misa del 23 de agosto...

Que puedo decirles... Es verdaderamente un gran regocijo tener la Misa de jóvenes.

Todos nos reunimos como de costumbre en la parte de atras de la parroquia. Algunos jóvenes se iban a ser a cargo de las lecturas, otros de la colecta, de la entrega de la ofrenda y todos participaríamos del cántico de meditación que estaría cantando el coro: Alma Misionera. El viernes habiamos ensayado el cántico. Como no era la primera vez que se cantaba, todos se sentían muy a gusto cantando.

Separamos dos bancos al frente para que todos pudieramos acomodarnos juntos y Padre Juan nos pidió que participaramos de la procesión. Esta vez los jóvenes se colocaron en medio del pasillo formando las paredes del mismo para que el Padre pasara en medio de ellos.

Todos estaban felices con sus obligaciones del día.

La misa estuvo tan emotiva... Personalmente pienso que es un pedacito de cielo que saboreamos cada domingo. En el momento de la consagración Padre Juan le pidió a todos los jóvenes que subieran al altar para que participaran desde allí con él. Los jóvenes estaban tan contentos. Felices, para ser más exacta, con este gesto tan amoroso de Padre Juan.

Ya que todos los jóvenes estaban desplazadoa en el altar. Padre Juan extendió la invitación a todos los jóvenes que estaban participando de la misa y que aún no pertenecían al grupo para que se unieran al grupo. Fue un momento de gran ansiedad. El primero que se acercó fue un papá de uno de los jóvenes que ya participa del grupo... como mandado por Dios... fue él quien rompió el hielo ya que después de que se unió este papá a los jóvenes que estaban en el altar se unieron unos 10 jóvenes al grupo. Todo fue tan emotivo. Al terminar la consagración y comenzar el saludo de la paz todos los jóvenes se abrazaban tan contentos y acogian a todos los que se acercaron y que no pertenecían al grupo.

Esabamos tan entusiasmados o más bien impactados con tan bello expectáculo que todos observabamos y hasta por un momento olvidamos darnos la paz. =))

Después de esto pasamos a la comunión y luego el cántico de meditación. Todos los jóvenes se pusieron de pie y acompañaron al coro con el cántico. El resto de los feligreses se unieron con aplausos y cantaban el coro.

¿Qué más puedo decir...? Bendiciones, gestos pequeños donde el Señor se engrandece. La pasamos muy bien y muy contentos en la celebración de la misa. Se que será un recuerdo innolvidable para muchos de los que participaron en la misa del domingo. Una persona se acercó y comento que: ¡jamás olvidará la hermosura de ver todos esos jóvenes tan felices en el altar!

Gracias Señor. Dios los bendiga a todos. Será hasta la próxima.